Los quistes dermoides suelen ser redondos, blandos y, a menudo, están fijados a tejidos profundos o al hueso. Por lo general, se presentan como una masa indolora de 1 a 2 cm de diámetro, pero pueden crecer hasta 4 cm o más si no se tratan*.
Se debería plantear la exéresis quirúrgica a partir de los 3 años de edad.